Tengo suficiente dinero invertido para jubilarme a los 29 años

La primera vez que pensé en jubilarme anticipadamente tenía 24 años. Acababa de conseguir trabajo en Google X tras hacer las prácticas de verano allí. Mi remuneración total era de 265.000 euros al año.

Hice cuentas y me di cuenta de que solo me llevaría un par de años ahorrar para poder volver a la India y jubilarme si quería.

Antes de trabajar en Google X era estudiante de doctorado en la Universidad de Illinois. Terminé mi doctorado en diciembre de 2018 con 100.000 euros ahorrados. A lo largo de mi doctorado había recibido dinero de becas y premios, así como unos ingresos de seis cifras trabajando a media jornada para empresas tecnológicas, incluidas mis prácticas en Google.

Empecé a invertir con cautela en varias acciones tecnológicas, como Google, Apple, Amazon, Nvidia y Tesla, pero solo invertí unos pocos miles de dólares en cada uno.

La mayor parte de mi dinero iba a parar a mi cuenta bancaria, que me generaba algo de interés. No sabía mucho de finanzas y tenía miedo de invertir demasiado.

Google X cambió mi perspectiva sobre el ahorro

Trabajar para Google X era el trabajo de mis sueños. Era como trabajar en el mágico mundo de las hadas: había comida y bebida ilimitadas e instalaciones increíbles, como mesas de ping-pong, salas de videojuegos, campos de fútbol, un gimnasio, pistas de tenis y masajes gratuitos en la oficina.

Acepté la oferta en cuanto me la ofrecieron en agosto de 2018 para empezar como empleado de Google X, mudándome a un piso compartido en Mountain View, California.

Después de un año en Google, comencé a aprender más sobre finanzas e impuestos. Estaba ganando más dinero que nunca, pero el 50% se me estaba yendo en impuestos.

Puse gran parte de mis ingresos en cuentas y acciones con ventajas fiscales

Mientras trabajaba en Google, mis gastos mensuales suponían menos del 10% de mis ingresos totales.

Iba andando o en bici al trabajo, así que nunca me compré un coche. Comía tres veces al día en Google, por lo que rara vez pagué por comida. Aunque la vivienda suele ser muy cara en Silicon Valley, mi alquiler era bastante bajo porque compartía piso con mis amigos.

Mucha gente que conocía se compraba coches o casas caros, pero yo decidí invertir la mayor parte de mis ganancias. Cuanto más ahorrase desde el principio, más tiempo tendría mi dinero para crecer exponencialmente. Siempre podía mudarme a ciudades con bajo coste de la vida y comprarme una casa mucho más bonita y más barata más adelante.

Me lo seguía pasando muy bien en Google y nunca tuve la sensación de estar sacrificando mi calidad de vida.

Invertí más de 75.000 euros al año en las cuentas con ventajas fiscales y aún más en las cuentas de mi bróker.

Podría haberme jubilado en mi país natal, la India, a los 26 años

En 2020, a los 26 años, sabía que podía jubilarme y volver a mi país, la India, si quería.

Hay una regla empírica en la comunidad FIRE –independencia financiera, jubilación anticipada– según la cual puedes jubilarte cuando gastas menos del 4% de tus inversiones netas cada año, o el 3% si eres muy joven. Yo tenía más de 500.000 euros invertidos, lo suficiente para permitirme mudarme siguiendo esa regla.

Sin embargo, acababa de empezar a salir con mi prometida, una científica de IA de Google X que era estadounidense. Sabía que necesitaría ahorrar mucho más para jubilarme pronto y poder vivir en Estados Unidos con ella.

Cada vez estaba más interesado en invertir cuando JPMorgan se puso en contacto conmigo

A principios de 2020, unos amigos y yo iniciamos un proyecto paralelo de desarrollo de algoritmos de aprendizaje automático para negociar acciones. Lo pusimos en marcha y mis inversiones se duplicaron en cuatro meses. A raíz de este éxito, me obsesioné cada vez más con las finanzas, el comercio y la inversión.

En junio de 2020, un reclutador de JPMorgan me ofreció la oportunidad de dirigir proyectos de IA aplicada en toda la empresa. Acepté el trabajo, ya que me entusiasmaba la idea de aprender todo lo posible sobre finanzas. Mi sueldo total también se duplicó.

Aunque mis ingresos y mi patrimonio neto aumentaron, seguía sin vivir de forma extravagante, aparte de comer fuera porque no quería cocinar. Mis únicas posesiones eran ropa, un colchón, una cama y un televisor de 65 pulgadas.

Trabajar a distancia significaba que mi mujer y yo podíamos viajar cuando quisiéramos

En 2020, después de meses de encierros, mi mujer y yo estábamos cansados de estar atrapados en nuestros apartamentos. Podíamos viajar a cualquier parte gracias a que nuestros trabajos se habían vuelto totalmente remotos, así que empezamos a viajar a finales de 2020, cuando nuestro contrato de alquiler terminó.

Desde entonces hemos estado viviendo en hoteles por todo el mundo, quedándonos en cada ciudad de dos a tres semanas.

Me deshice de todas mis posesiones, excepto de unas pocas prendas de ropa, artículos de aseo, un portátil, un teléfono y un cargador, que cabían en una mochila pequeña.

A los 27 años, había alcanzado mi primer millón de euros en ahorros. Mi cartera de acciones había ido bien, además, había estado invirtiendo todas mis pagas extra y las grandes bonificaciones del 70% de mi salario base de JPMorgan.

En 2022, viajamos tanto que estuve fuera de Estados Unidos durante 11 meses, por lo que cumplía con los requisitos para ser considerado no residente estadounidense. Esto significaba que podía vender todas mis acciones sin pagar impuestos sobre las plusvalías.

A principios de 2023, a los 29 años, mi patrimonio neto había aumentado. Sabía que podía jubilarme con seguridad y vivir en cualquier lugar, ya que solo gastaba el 2% de mis inversiones al año.

Pensé que si me jubilaba de verdad me aburriría

Teniendo la opción de jubilarme, pensé en lo que quería hacer con el resto de mi vida. Me planteé no trabajar y viajar por todo el mundo, pero llegué a la conclusión de que eso me aburriría.

Me apasionaba trabajar en IA. Es el momento más emocionante para trabajar en este campo, y creo que la IA tendrá más impacto en la próxima década que cualquier otra cosa. Quería seguir participando en ella, pero hacerlo a mi manera.

Así que dejé JPMorgan en agosto de 2023, a los 29 años, y cofundé una startup de IA con unos amigos. Ahora que ya no tengo que preocuparme de ganar un sueldo, puedo permitirme el lujo de arriesgarme a crear mi propia empresa.

Con el tiempo, cuando mi mujer y yo decidamos sentar la cabeza y tener hijos, estoy seguro de que todas nuestras inversiones generarán suficientes ingresos pasivos para cubrir nuestros gastos familiares. Como he invertido pronto, no tendré que preocuparme después.

Lauren Crosby Medlicott,