Desde que empezó un negocio de jardinería en el instituto, Sahaj Dhingra ha sentido curiosidad por ganar dinero de «fuentes no convencionales», explica a Business Insider.
Naturalmente, como miembro de la generación Z, recurrió a YouTube para obtener información.
Así conoció el enorme universo del comercio electrónico y sus diversas estrategias, desde el arbitraje hasta la venta al por mayor y las marcas blancas. Alguien le sugirió a Dhingra que empezara con el arbitraje online en Amazon, es decir, comprar productos a minoristas como Costco y Walmart, tiendas de segunda mano o tiendas de un euro y revenderlos en Amazon para obtener beneficios, ya que es un negocio de bajo coste y bajo riesgo.
Otras estrategias, como la venta al por mayor o la creación de una marca propia, requieren mucha más experiencia y capital inicial, explica Dhingra. «Mientras tanto, en el arbitraje online, el único dinero que necesitas por adelantado es de 300 a 400 euros para cubrir tus gastos de autónomo y tus licencias, y después de eso, es realmente lo que inviertas en inventario».
En el peor de los casos, si no pudiera revender nada, no perdería necesariamente el dinero gastado en los productos que compró. «Costco tiene una política de devoluciones muy indulgente, así que siempre puedo liquidar ese inventario. Si ese fuera el caso, mi única pérdida sería un par de cientos de euros por las licencias básicas», comenta.
Sin embargo, el arbitraje online de bajo riesgo requiere mucho tiempo. Requiere salir a comprar los productos para revenderlos. Además, Dhingra hacía la distribución a través de comerciantes (FBM) en lugar de a través de Amazon (FBA), lo que significa que él mismo empaquetaba, etiquetaba y enviaba los productos.
Cuando se lanzó en mayo de 2023, tenía 19 años y estaba terminando su segundo año en la Virginia Commonwealth University (VCU). Tenía por delante unos meses de vacaciones de verano: la oportunidad perfecta para ampliar su negocio arbitraje online.
Sus primeros pasos fueron recopilar información en YouTube, crear una cuenta de vendedor en Amazon y encontrar productos de Costco aptos para la reventa
Dhingra no estaba dispuesto a lanzarse al vacío solo porque alguien le sugiriera que probara el arbitraje online.
Pasó un mes y medio familiarizándose con el modelo de negocio y desarrollando una estrategia antes de sentirse seguro. En ese momento, en febrero de 2023, constituyó una SRL.
De febrero a mayo se dedicó a la investigación general sobre el negocio y los productos, además de importantes tareas administrativas, como crear una cuenta de vendedor en Amazon y solicitar permisos de reventa.
De hecho, conseguir la aprobación para vender en Amazon fue más tedioso de lo que había previsto. «Tuve que facilitar mucha información sobre mi empresa y lo que hacemos», explica Dhingra, que también tuvo que hacer una entrevista en vídeo con un representante de Amazon, en la que mostró su DNI a la cámara para verificar su identidad. «El simple hecho de abrir una cuenta conlleva muchos requisitos legales. Es un proceso de una o dos semanas».
Entender qué podía revender legalmente en la plataforma le llevó aún más tiempo que el proceso de verificación.
«Había mucho que aprender sobre el cumplimiento de la normativa, porque había muchas preguntas, como: ¿Eres propietario de las marcas de los productos que vendes? ¿Cómo has conseguido el permiso para vender estas cosas?», recuerda.
No se puede vender nada que sea propiedad de otra persona sin un documento que valide la venta. Mientras que algunas marcas permiten revender sus productos a cualquiera que cumpla los requisitos de la cuenta y tenga un buen historial de ventas, otras restringen la reventa a distribuidores directos o socios.
Amazon cuenta con un proceso de aprobación integrado que facilita determinar si se tiene permiso para revender, explicó: «Digamos que vendo Perrier, que es propiedad de Nestlé. En cuanto intente ponerlo en la lista, me dirá que necesito autorización para vender productos relacionados con Nestlé. Luego hay un botón naranja que dice ‘solicitar aprobación’ que puedo pulsar, y automáticamente me la concederá si mi cuenta está en regla. Pero esto es solo si la marca lo tiene configurado para que cualquiera pueda venderlo».
Dhingra pasó horas recorriendo Costco para encontrar productos elegibles y rentables. Utilizó la aplicación Amazon Seller, que permite escanear el código de barras de un producto y calcular el beneficio estimado. Si se estimaba que algo era rentable, probaba a ponerlo en venta para ver si le daban el visto bueno.
La mayoría de las veces, no lo aprobaban: «Imagínate pasar por miles de productos y que todos los buenos, como el 70% de ellos, ni siquiera pueda venderlos. Fue frustrante, pero hay que seguir adelante y dedicarle tiempo».
Se lanzó con un presupuesto de 3.000 euros y obtuvo beneficios en 2 semanas
Dhingra tenía unos 3.000 euros ahorrados.
Sus costes iniciales de puesta en marcha no superaron los 500 euros, asegura: «Me gasté 100 euros para constituirme como autónomo, 100 euros en una impresora térmica de segunda mano –con la que podía pedir etiquetas térmicas gratis a UPS– y algo de dinero en material de embalaje».
«Tuve que comprar una pistola de cinta adhesiva, cinta de embalar y cajas de envío», continúa explicando. «La cuota mensual de Amazon para vender es de 40 euros al mes y la de Costco es de 120 euros. Fueron unos 400 euros por adelantado, y luego todo lo demás fue solo inventario».
Gracias a unos costes iniciales tan bajos, no tardó mucho en alcanzar el punto de equilibrio y empezar a obtener beneficios. El inventario se pagaba solo y siempre se vendía por más de lo que costaba al principio, así que «tardaba dos semanas como máximo en recuperar esos 300 o 400 euros».
Un presupuesto reducido jugó a su favor: «Fui muy estratégico a la hora de invertir mi capital porque no tenía mucho, así que no podía invertir 1.000 o 2.000 euros en un producto al azar».
Vendía principalmente productos de la categoría de comestibles, en la que admite haber «caído» en lugar de seleccionarlos estratégicamente. Ya había decidido adquirir sus productos en Costco, que estaba a 10 minutos en coche de su casa y ofrecía una buena política de devoluciones.
Este minorista internacional vende sobre todo productos de alimentación. Además, al buscar productos en primavera, las temperaturas empezaban a subir y se dio cuenta de que había una gran demanda de bebidas como agua con gas, refrescos y bebidas energéticas.
El primer producto que compró y revendió fue un batido de proteínas Fairlife. También vendió agua con gas y Prime, la bebida energética de Logan Paul.
Es importante tener en cuenta la demanda a la hora de seleccionar los productos, afirma Dhingra: «El mero beneficio no significa nada si no puedes venderlo. Si no hay demanda de un producto —si el rango de ventas es realmente bajo—, no tiene sentido, porque puedes ponerlo al precio que quieras, pero si nadie está dispuesto a pagar por él, entonces no tienes mercado».
Las estrategias que le ayudaron a escalar a seis cifras en ventas en menos de 4 meses
A mediados de agosto, tras un verano de reventa de productos en Amazon, Dhingra alcanzó los 100.000 euros en ventas. Entre mayo y diciembre, sus ventas alcanzaron los 125.000 euros, gran parte de los cuales obtuvo durante el verano. Business Insider ha verificado sus ingresos consultando su panel de vendedor de Amazon.
Utilizó dos estrategias que le ayudaron a escalar rápidamente. En primer lugar, empezó a anunciar productos antes de comprar el inventario. De ese modo, solo compraba lo necesario para satisfacer la demanda.
Sin embargo, guardaba en su garaje existencias adicionales de los productos más vendidos. En un momento dado, Dhingra ponía en venta entre 10 y 20 productos diferentes, «pero solo uno o tres de ellos representaban al menos el 80% de las ventas, asegura. Esos eran los productos que tenía a mano para reducir sus viajes a Costco.
Siempre tenía algo de capital reservado por si descubría un producto nuevo y rentable. La clave está en invertir el capital en los productos más demandados y que ofrezcan mayor rentabilidad.
Dhingra también ahorró tiempo racionalizando el proceso de envío.
Empezó con USPS porque ofrecía las tarifas más baratas para su escala. «Hacía entre 10 y 30 envíos de salida al día, que cabían muy fácilmente en mi furgoneta supervieja. Así que traía el inventario de Costco, lo descargaba, lo empaquetaba, le ponía las etiquetas de envío y luego lo volvía a cargar en mi coche y lo llevaba a USPS».
Esperaba en la cola y depositaba sus paquetes en los contenedores de la parte delantera. Sin embargo, a medida que crecía, USPS le permitía cargar sus cada vez más numerosos paquetes en la parte trasera. Con el tiempo, empezó a enviar a través de UPS, que ofrecía un descuento mayor por su mayor volumen, y hacía recogidas a domicilio, dijo.
Otra clave de su éxito fue hacer FBM, que requería más tiempo y esfuerzo, pero le ahorraba muchos gastos y le daba más control. Con FBA, no habría podido poner productos en venta hasta que Amazon los hubiera recibido, lo que habría acabado con su estrategia de poner productos en venta antes de comprar inventario.
También habría pagado tasas de almacenamiento por el inventario no vendido. En definitiva, no cree que hubiera obtenido beneficios si hubiera optado por el FBA.
Dhingra, que ahora tiene 20 años, cursa el penúltimo año en VCU y se ha centrado en otros proyectos empresariales, ya que el arbitraje online requiere mucho tiempo.
Ha reinvertido el 100% de sus beneficios en el negocio de arbitraje: «No he hecho ni un solo desembolso de la cuenta corriente de mi negocio. Todo el dinero ha vuelto directamente a la empresa. Ésa es la única forma de llegar hasta donde llegué sin añadir mucho más capital, porque no se puede duplicar la cantidad de ingresos al mes siguiente con la misma cantidad de capital. Vas a necesitar ese beneficio reinvertido para seguir creciendo».