Fundé mi empresa, Bridesmaid for Hire, cuando tenía 26 años. Había sido dama de honor tantas veces para mis amigas que decidí hacerlo también para personas desconocidas.
Publiqué un anuncio en Craigslist, un portal de anuncios clasificados, para que la gente supiese que estaba disponible para contratar como dama de honor. El anuncio se hizo viral y, días después, puse en marcha el negocio.
Por aquel entonces estaba soltera y acababa de perder mi trabajo a tiempo completo. Me pasaba los días entre semana reuniéndome con novias, yendo a citas con proveedores o planeando despedidas de soltera. Los fines de semana los pasaba en fiestas, despedidas y bodas. También trabajaba por mi cuenta como ponente y escritora profesional, y en total trabajaba entre 60 y 70 horas a la semana.
Ahora soy una madre primeriza, sin guardería, que trata de llevar su negocio a toda velocidad. Cuando me enteré de que estaba embarazada, decidí que necesitaba un plan para apartarme poco a poco de gran parte de mi trabajo diario y de las interacciones con los clientes.
Recurrí a la inteligencia artificial con el objetivo de que me ayudase a ampliar mi negocio, obtener ingresos pasivos y hacer menos trabajo por mí misma.
Un año más tarde, he sido capaz de hacerlo de tres formas, mientras que he conseguido ahorrar más de 15 horas de trabajo a la semana. Aquí puedes ver cómo lo he hecho.
He creado una herramienta de IA que se ocupa de uno de mis servicios más populares
El segundo servicio más popular que ofrezco a mis clientes es la redacción de discursos para damas de honor. Dedico una hora a charlar con la dama de honor en cuestión para conocer su relación con la pareja que se casa y anotar anécdotas, detalles y recuerdos fundamentales. Después, paso entre tres y cuatro horas escribiendo el discurso en cuestión, por el que cobro 375 dólares (unos 357 euros).
Recibo entre 15 y 20 consultas al mes sobre este servicio, pero debido al tiempo que me lleva, solo puedo trabajar con unas tres o cuatro personas.
Decidí crear una herramienta de inteligencia artificial que reprodujese este servicio para poder ofrecérselo a más clientes —a un precio inferior, unos 33 euros— y eliminarme a mí del proceso.
Me asocié con un desarrollador que había trabajado en un proyecto con mi marido en el pasado. Aceptó trabajar conmigo sobre una base de equidad, lo que significaba que su equipo diseñaría la herramienta de forma gratuita y luego se llevaría una comisión por cada venta.
Le proporcioné al equipo del desarrollador una serie de recursos como una lista de todas las preguntas que suelo hacer a las damas de honor antes de escribir sus discursos, transcripciones de audio anónimas de las llamadas que he mantenido con mis clientas y discursos finalizados que yo misma escribí.
El equipo ha entrenado a una IA para que haga las mismas preguntas que yo y, a partir de la información que el usuario proporciona, escriba un discurso personalizado basado en los discursos que ya he escrito para clientes anteriores.
La herramienta es capaz de escribir nuevos discursos en cuestión de unos minutos, en lugar del plazo de una a dos semanas que era lo que yo solía ofrecer cuando lo hacía manualmente. Se lanzó a finales de agosto y ya ha escrito 45 discursos para clientes de pago.
Aunque el resultado del discurso no siempre es perfecto, proporciona a los clientes un resultado satisfactorio que luego ellos mismos pueden editar. Si un cliente me pide por favor que revise el discurso generado por la herramienta y lo edite rápidamente, lo hago gratis.
En el último mes, solo hemos tenido que hacer una devolución y fue porque la herramienta estaba temporalmente fuera de servicio cuando un cliente fue a utilizarla.
Utilizo ChatGPT para que me ayude con el marketing
Solía dedicar entre 10 y 15 horas a la semana a diferentes tareas de marketing para conseguir nuevos clientes y ofrecer nuevos contenidos a mis 92.000 seguidores en redes sociales y a mis 70.000 suscriptores de newsletter.
De vez en cuando, contrato a profesionales o asistentes personales para que me ayuden a crear contenidos, programar publicaciones o escribir posts para mi página web. Pero estos servicios pueden costar un par de miles de euros y requieren de mucha instrucción práctica.
Ahora empleo ChatGPT para racionalizar muchos de mis esfuerzos de marketing y ahorrar tiempo. El chatbot me ayuda a crear un conjunto de publicaciones para redes sociales que puedo utilizar cada mes.
Le pido a la herramienta que escriba cinco posts en redes para una empresa que publica consejos para damas de honor sobre cómo ahorrar dinero y ser mejores en su trabajo. Introduzco las respuestas en una plantilla gratuita de Canva y programo la publicación. Todo el proceso me lleva 15 minutos, mientras que hacerlo yo misma habría tardado unos 90 minutos.
También le pido a ChatGPT que me escriba una estrategia de marketing que pueda utilizar para promocionar mi herramienta de redacción de discursos para damas de honor.
Le pido un plan de colaboración y plantillas de correo electrónico para enviárselo a posibles socios. Copio y pego las plantillas en un correo electrónico y las envío a un puñado de socios que identifico previamente. Esto también me ahorra en torno a una hora de trabajo.
Dejo que otras herramientas de inteligencia artificial hagan el trabajo sucio por mí
A menudo me encargo de ayudar a las novias a realizar muchas de las tareas de la despedida de soltera, desde planificar los itinerarios de la fiesta hasta proponer vestidos de dama de honor para sus amigas. Esto implica una investigación que puede llevarme entre cinco y diez horas a la semana. Ahora uso la IA para que me ayude.
Si una clienta me pide que le ayude a elaborar una lista de regalos, empleo una herramienta de inteligencia artificial de búsqueda de regalos y exporto los resultados a una hoja de cálculo para que la clienta los revise.
Utilizo Roam Around para planificar el itinerario de la despedida de soltera. Si me piden ayuda para elegir un vestido de dama de honor, recurro a una herramienta de IA que genera este tipo de looks a partir de unas cuantas preguntas.
Mi objetivo no es reemplazar por completo los servicios que presto a las clientas como dama de honor por contrato, pero sí emplear la inteligencia artificial para ahorrarme hasta 20 horas de trabajo a la semana.
En el futuro, espero crear un conjunto de herramientas de IA para reproducir todavía más servicios de los que ofrezco a los clientes. Hasta entonces, utilizaré la inteligencia artificial para complementar mi trabajo.