Aunque muchos den por hecho que el teletrabajo implica trabajar desde casa, no son pocos los que para trabajar en remoto deciden hacerlo desde otra localización por aquello de separar su vida laboral de la privada, gozar de una mayor concentración o, simple y llanamente, buscan huir de su hogar aunque sea durante unas horas al día. A los dueños de los coworking les parece una excelente idea, pero los de las cafeterías tienen otra opinión muy distinta.
Con el aumento del trabajo en remoto las cafeterías se han convertido en un nido para el teletrabajo. Son cómodas, tienen buena conexión, evitan la soledad y aislamiento de estar en casa durante todo el día, y puedes disfrutar de una bebida caliente sin preocuparte de si queda agua en la cafetera, pero para los dueños de los locales se ha convertido en un problema que no tiene fácil solución.
La invasión de las cafeterías por culpa del teletrabajo
Ocupar espacio y consumir poco suele ser una mala combinación para cualquiera que tenga un negocio, pero en locales en los que gran parte de las ganancias requieren una rotación de clientes constantes, la necesidad de dar con una solución ha llevado a los dueños a atacar a los teletrabajadores donde más duele: el Wi-Fi.
De la mano de servicios como GoGoGuest, que ofrece distintas soluciones para restauración, las cafeterías de Estados Unidos están empezando a abrazar una salida a su problema. Ofrecen claves de Wi-Fi por tiempo limitado, y reclaman una nueva consumición para continuar navegando. Junto a eso, ya han empezado a limitar la conexión a internet los fines de semana.
«Te puedo decir que el espacio se siente mejor cuando hay conversación, cuando hay lectura, cuando hay menos escritura en un teclado. Cuando es simplemente un paraíso de portátiles, el espacio tiende a ser un poco más frío en energía. Tratamos de mantener una posición muy equilibrada y entender a ambos bandos».
En realidad es el típico caso de la pescadilla que se muerde la cola. Saben que quienes teletrabajan desde su local se pueden convertir en clientela fija diaria y, según estadísticas, la media de gasto mensual de un trabajador remoto en una cafetería está por encima de los 70 dólares al mes, mientras que la de otro tipo de clientes se queda en unos 15 dólares mensuales. Desde luego va a ser un equilibrio difícil de mantener.