El boom que está experimentando la inteligencia artificial no sería lo mismo sin la pertinente opinión de Marc Andreessen, célebre empresario e inversor de riesgo.
El cofundador de la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz, o a16z (como se la conoce popularmente), ha intentado despejar el miedo al posible riesgo que supone la IA para la humanidad en un extenso artículo. Andreessen defiende que la inteligencia artificial puede «mejorar todo lo que nos importa».
En una disertación filosófica sobre el potencial de la IA, el experto inversor explica el motivo por el que es un firme defensor de esta tecnología y lo que, según él, habría que hacer para «introducir la inteligencia en la economía y la sociedad tan rápido y con tanta fuerza como sea posible, con el fin de maximizar sus beneficios para la productividad económica y el desarrollo humano».
Con ese objetivo, Andreessen considera que compañías de todo tipo deberían poder desarrollar inteligencia artificial «de forma tan rápida y agresiva como puedan», pero sin la intervención de ningún gobierno ni de una legislación o una agencia que se encargue de regular estas tecnologías y las aísle de la competencia del mercado.
«Eso maximizará los beneficios tecnológicos y sociales de las increíbles capacidades de estas empresas, que son joyas del capitalismo moderno», afirma el cofundador de Andreessen Horowitz.
«Eso maximizará los beneficios tecnológicos y sociales de las increíbles capacidades de estas empresas, que son joyas del capitalismo moderno», afirma el cofundador de Andreessen Horowitz.
El CEO de OpenAI se ha convertido en uno de los principales abanderados de la IA tras el lanzamiento de ChatGPT el pasado otoño. A pesar de conocer el enorme potencial de la inteligencia artificial y de querer que prospere, Altman también parece ser consciente de los riesgos que plantea.
Para ayudar a prevenir esos riesgos, el empresario recomendó al Senado estadounidense la creación de una agencia gubernamental para supervisar la seguridad de la IA, especialmente en aquellos proyectos que operen «por encima de una cierta escala de capacidades».
En cambio, Andreessen discrepa completamente con el CEO de OpenAI. El experto inversor considera que el futuro de la inteligencia artificial debe decidirlo el libre mercado y defiende que la IA de código abierto debería poder difundirse libremente, para que este tipo de proyectos compita con las compañías privadas y las startups de inteligencia artificial.
Para contrarrestar el riesgo de que la IA se utilice con fines dañinos y evitar que China se convierta en una superpotencia del sector, según Andreessen, el sector privado debe colaborar con los gobiernos para encontrar soluciones. «La inteligencia artificial puede ser una herramienta increíblemente poderosa para resolver problemas y debemos aceptarla como tal», argumenta.
El empresario añade que su fondo de inversión está dispuesto a financiar empresas emergentes especializadas en IA.
Andreessen Horowitz ya se ha posicionado en este mercado. Por ejemplo, hace poco lideró una ronda semilla de 50 millones de dólares —unos 46,6 millones de euros— que levantó Hippocratic AI, una startup que desarrolla grandes modelos lingüísticos (LLM, por sus siglas en inglés) especializada en atención sanitaria.