Los ‘bucles abiertos’ no tienen porqué ser un problema

«Todo lo que no está donde debería, tal y como debería, es un ‘bucle abierto’ que llamará tu atención si no se gestiona adecuadamente». – David Allen

Continuando con el tema del blog anterior (haciendo frente a la creciente complejidad de la vida) y profundizando un poco más, la clave para hacer frente a cualquier situación es mantener la calma y centrarse en lo que realmente es importante.

Todos tenemos la capacidad de pensar, reflexionar y gestionar situaciones en las que no está nada claro cuál debe ser el camino a seguir. El problema es que esta capacidad está muchas veces en peligro debido a la enorme cantidad de información que recibimos y a los niveles de estimulación a los que estamos expuestos.

Hay estudios que revelan que la mayoría de las personas vivimos con un nivel de estrés de moderado a extremo. La hiperconectividad actual, la tecnología y, desgraciadamente, la cultura de muchas empresas, generan hábitos que pueden estar perjudicando tu habilidad para afrontar la vida diaria de una manera efectiva sin que seas realmente consciente de ello.

Si fueras capaz de gestionar correctamente las situaciones de sobrecarga, sin agobiarte, y de proteger tu capacidad de atención de las distracciones constantes, estarías en disposición de hacer cualquier cosa.

Las distracciones son un peligro constante, puedes perder una infinidad de horas al mes haciendo tontamente scroll en cualquier red social. Es muy fácil caer en la tentación, porque mientras nos rendimos a ellos, dejamos de un lado esa sensación de estrés y ansiedad tan incómoda. Pero no te engañes, la sensación volverá, y con más fuerza, después de haber perdido tres horas en Twitter/X.

Es necesario vencer a las distracciones para poder crear espacios de calidad que te permitan pensar, reflexionar, concebir ideas y realizarlas. Sólo así serás capaz de sacar adelante más cosas, con más energía y en menos tiempo.

Al final, la mayor parte del estrés se genera como consecuencia de no gestionar adecuadamente los compromisos que tienes contigo mismo y con los demás. Seguramente has creado más compromisos de los que eres consciente, y todos ellos están siempre rondando tu mente.

En GTD se llama asunto a cualquier cosa que aparece en tu vida y necesita algún tipo de decisión o acción por tu parte. Pueden proceder del mundo exterior o de tu propia mente.

El cerebro tiende a estar pendiente en todo momento de lo que considera asuntos pendientes (también llamados bucles abiertos o incompletos). Cada vez que intentas relajarte, el cerebro saca a la superficie esos asuntos incompletos. Es lo que se denomina efecto Zeigarnik.

Los asuntos pendientes son una parte habitual de la vida. Siempre están ahí. Si no les haces caso, los incompletos se van acumulando y pueden provocar sobrecarga, lo que a su vez genera estrés.

No es necesario que completes todos los bucles abiertos para que tu cerebro deje de lidiar con ellos. Eso sería una locura. Sólo necesitas almacenarlos en algún lugar que no sea tu cabeza. Si aprendes a capturarlos cuando aparecen, podrás gestionarlos correctamente.

GTD te ayuda a identificar y gestionar de manera eficaz todos tus asuntos pendientes, antes de que se conviertan en un problema.

Francisco Sáez