Los criterios de sostenibilidad en los espacios Flex han ido ganando terreno a medida que el cliente corporativo ha ido enfocando su estrategia de ubicación hacia las soluciones de oficinas flexibles y coworking.
Las grandes corporaciones cuentan con una exigencia de estándares medioambientales superior a la media lo que hace que, como gestores de sus espacios de trabajo, nos centremos en maximizar el confort del usuario a todos los niveles.
Esta exigencia va desde la reforma y rehabilitación hasta el diseño de las instalaciones o el fomento del wellbeing. Todos estos aspectos inciden directamente en la obtención de certificaciones energéticas que confirmen el cumplimiento de estos estándares medioambientales. Podemos citar tres ejemplos como BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology), centrado más a nivel de construcción sostenible; LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), enfocado a construcción y diseño de instalaciones ecoeficientes y, finalmente, el sello WELL, cuya finalidad es medir el impacto en la salud y el bienestar de las personas.
Aunque resulta complejo obtener este tipo de certificaciones, para los operadores flex es un reto procurar alcanzar el cumplimiento máximo de los requisitos exigidos en cada una de ellas para poder convertirse en una opción valorada por potenciales clientes.
Y no sólo se trata de grandes empresas sino del perfil del usuario y la generación a la que pertenecen. Es de todos conocido que las generaciones Millenial y Z muestran una especial sensibilidad por la flexibilidad y el cambio climático respectivamente.
La flexibilidad en cuanto a zonas diferenciadas de colaboración, concentración, distensión que nos ofrece un espacio coworking es infinitamente mayor a la que podemos alcanzar en una oficina convencional. No sólo por las sinergias que se generan a nivel de comunidad, sino por las dinámicas de trabajo que se pueden llegar a crear gracias a zonas como gradas para presentaciones, columpios de reunión, zonas de descanso o incluso de ocio y desconexión.
Un espacio que cumpla con criterios de sostenibilidad puede convertirse en un elemento diferenciador y de fidelización respecto a otros que no los cumplan. Además, debemos recordar que, tras un amplio periodo en el que predominó el teletrabajo, la vuelta a la oficina es un reto para muchas empresas que necesitan atraer de nuevo a sus equipos.
Como ejemplo concreto, podemos citar el confort acústico, que nos permite lograr un ambiente donde convivan la colaboración sin interrumpir a los que necesiten concentración. Esto puede lograrse gracias a la instalación de cabinas insonorizadas, salas de reuniones equipadas con paneles acústicos que eliminen la reverberación y pavimentos que absorban el ruido sobre todo en zonas comunes y de mucho paso.
Si nos enfocamos más en el bienestar personal nos referimos a la promoción de la alimentación healthy con la puesta a disposición de fruta de cortesía o bien la organización de actividades saludables como sesiones de yoga o de mindfullness para los usuarios.
En definitiva, cuando el lugar de trabajo aporta bienestar personal, flexibilidad y respeto al medio ambiente está demostrado que ayuda en gran medida a mejorar la productividad, aumenta el sentido de pertenencia y, por ende, la fidelización de los empleados teniendo como consecuencia un impacto positivo en los resultados financieros de la empresa.
En conclusión, aplicar una estrategia de sostenibilidad en los espacios flexibles no es una moda ni una acción de marketing, sino una necesidad intrínseca de negocio porque no hay un Planeta B. Por lo tanto, debemos procurar que nuestro impacto a nivel medioambiental sea cada día menor y así el de nuestros clientes. En un reciente estudio de la consultora Incendium se afirmaba que el usuario de oficina convencional emite hasta un 158% más de emisiones de CO2 que un usuario de espacio flexible. Todo ello viene a corroborar que definitivamente la causa medioambiental se ha convertido en un aliado imprescindible para el sector del coworking.
Artículo de opinión firmado por Meritxell Roca, CMO Networkia Workspaces