Mi trabajo consiste en ayudar a los demás a gestionar su dinero: estas son las 4 estrategias que utilizo para gestionar mi patrimonio

Gestionar tu propio dinero puede parecer al principio una tarea tediosa y complicada, sobre todo cuando hay tanta información disponible sobre cómo hacerlo mejor. Pero tomar el control de tu bienestar financiero te preparará mejor para el futuro (ante cualquier escenario).

Soy planificadora financiera y, aunque suelo ayudar a los demás a gestionar su dinero, siempre me aseguro de reservar el tiempo suficiente para gestionar mis propias finanzas.

Estas son las cuatro cosas que hago para gestionar mi dinero de forma efectiva:

1. Me pongo objetivos financieros realistas y flexibles

Todo el mundo debería tener objetivos financieros, pero estos deben tener sentido para cada uno y su situación financiera. Deben estar en consonancia con el estilo de vida y con lo que valoras en ella.

Yo no quiero vivir de alquiler para siempre, así que uno de mis objetivos es ahorrar para comprar mi primera casa. Otro de mis objetivos es ser económicamente independiente y jubilarme antes de tiempo. Una vez fijados estos objetivos, los divido en pasos más realistas y asequibles para alcanzarlos.

Por ejemplo, he utilizado una calculadora de jubilación anticipada para predecir cuánto dinero necesitaré cuando me jubile, y estoy ahorrando dinero cada mes en consecuencia. También estoy invirtiendo dinero mensualmente que, con un poco de suerte, me servirá para pagar la entrada de mi primera casa en el medio plazo.

No todos los objetivos financieros tienen por qué ser tan ambiciosos.

Hace poco ahorré para comprarme un par de zapatos que llevaba tiempo queriendo, y ahora estoy ahorrando para irme de vacaciones a Japón el año que viene. La finalidad de establecer un objetivo es realmente motivarte y mantenerte en el buen camino.

2. Me ciño a un presupuesto

No hay una única forma correcta de crear un presupuesto, pero sí hay una única manera de utilizarlo: de forma sistemática. Registrar regularmente tus gastos y ahorros te ayudará a entender mejor a dónde va y de dónde viene tu dinero. Identificar tendencias en tus gastos es clave para crear mejores hábitos en torno al dinero.

En base a mi experiencia, lo que siempre recomiendo es que cada uno elija el presupuesto que mejor se adapta a sí mismo y que lo siga a rajatabla. Yo hago mis presupuestos a la vieja usanza —en una hoja de cálculo creada por mí—, pero a mucha gente le gustan las aplicaciones de móvil para hacer presupuestos.

Por ejemplo, tengo una cantidad de dinero específica para las compras en Amazon y otra para las suscripciones. Este nivel de detalle no sirve para todo el mundo, pero a mí me ayuda a identificar exactamente en qué gasto la mayor parte de mi dinero y a encontrar áreas en las que recortar gastos cuando lo necesito.

Por lo general, registro mis compras a diario para no olvidarme. Al final de cada mes, reviso mis gastos mensuales y compruebo si voy por buen camino para alcanzar mis objetivos financieros. Así, puedo hacer ajustes para el mes siguiente.

3. Ahorro de forma automática

Actualmente tengo un fondo de emergencia con unos cuatro meses de gastos, y una cuenta de ahorro para compras «por placer» como los viajes o la ropa de lujo. Tengo tres cuentas para mi jubilación y dos carteras de inversión diferentes.

Ahorro alrededor del 30% de mis ingresos brutos: el 13% a mis cuentas de jubilación y el 17% restante a mis inversiones y a mi cuenta de ahorro de alto rendimiento. Aporto dinero regularmente a todas estas cuentas, pero nunca lo hago de forma manual.

Todas mis aportaciones son automáticas. Es decir, tan pronto entran mis ingresos en mi cuenta, una transferencia reparte este porcentaje a mis cuentas de ahorro y de inversión. Sólo me ha llevado unos minutos configurarlo, pero así no me olvido nunca de aportar ese dinero. También me ayuda a priorizar mis ahorros y reduce mis impulsos de gastarme todo el dinero.

Además, todos los pagos de mis facturas son también automáticos —lo último que querría es tener que hacer frente a un impago del alquiler o mis suministros—.

4. Reviso anualmente mi progreso financiero

Al final de cada año, doy un paso atrás y reflexiono sobre los últimos 365 días de mi plan financiero. Vuelvo a revisar mis objetivos y cómo voy avanzando para conseguirlos. También es el momento de hacer ajustes en mi estrategia.

Presto especial atención a la asignación de mi cartera de inversiones. Por ejemplo, si creo que hay que reequilibrarla, intento vender mis acciones antes de fin de año para poder desgravar las pérdidas en el impuesto sobre la renta.

También me tomo un momento para darme una palmadita en la espalda por cualquier progreso positivo que haya hecho, grande o pequeño. Recompensarme por cumplir mis objetivos refuerza mis buenos hábitos para los años venideros.

Hanna Horvath,