Desde hace años, los gestores de espacios de coworking mantenemos un grupo privado de WhatsApp donde compartimos experiencias, dudas y reflexiones. Esta semana, la conversación ha estado especialmente movida, revelando una realidad que pocas veces se cuenta públicamente.
En este grupo conviven gestores de todo tipo: desde grandes espacios en capitales hasta modestos coworkings en pequeñas ciudades. Y precisamente esta semana, una publicación sobre el cierre de un espacio ha desatado un debate necesario sobre la realidad del sector, especialmente en las poblaciones más pequeñas.
La conversación comenzó cuando un gestor anunció el cierre de su espacio en una población de 22.000 habitantes. «Abrí un coworking de primera división en una población de tercera regional», confesaba, tras invertir casi XX.000€ en instalaciones y mobiliario de primera calidad. Este mensaje abrió la caja de Pandora.
Las respuestas no se hicieron esperar. Varios gestores compartieron situaciones similares: espacios compartidos vacíos mientras las oficinas privadas tienen lista de espera, dificultades para mantener precios dignos frente a la competencia, y el eterno debate entre bajar precios o mantener la calidad aunque cueste más vender.
La realidad es que el mercado ha cambiado. Los usuarios ya no buscan tanto la comunidad y las sinergias como la privacidad y el espacio cerrado. «Puedes poner una mesa a 120 euros con todo incluido, que si la gente quiere privacidad, no le interesa».
Sin embargo, no todo son malas noticias. Algunos espacios han encontrado su nicho adaptándose a las nuevas necesidades: creando despachos más pequeños (8-10m²), especializándose en sectores específicos o complementando ingresos con alquiler de salas de reuniones.
La clave parece estar en la adaptación sin perder la esencia. Como reflexionaba un gestor veterano: «No podemos competir en precio. Uno debe diferenciarse tirando hacia arriba en servicios e instalaciones». Otros apuntan a que el concepto de comunidad no ha muerto, sino que ha evolucionado: «Tenemos mejor comunidad en Instagram que en el espacio físico», comentaba un gestor de una capital de provincia.
El sector está en plena transformación. El coworking sigue siendo viable, pero requiere una gestión más profesional, una oferta más diversificada y, sobre todo, entender que cada ciudad y cada barrio tiene sus propias dinámicas.
Como reflexión final, quizás sea momento de repensar el modelo tradicional de coworking. No se trata solo de ofrecer espacios de trabajo, sino de crear entornos que respondan a las necesidades reales de cada ubicación.
De Oficina Tradicional a Coworking: Claves para una Transformación Exitosa
Yardi Kube, ha publicado recientemente un artículo sobre cómo transformar oficinas tradicionales en espacios de coworking.
Según Yardi, no todas las oficinas son candidatas ideales para esta reconversión. La ubicación y la distribución del espacio son factores críticos a la hora de realizar el proyecto.
Los puntos claves del diseño según el artículo sería
Una mezcla estratégica de espacios abiertos y privados
Áreas de colaboración
Zonas de silencio para llamadas y concentración
Espacios comunes que fomenten la interacción casual
Salas de reuniones de diferentes tamaños
Con respecto a la tecnología habría que pensar en
Conectividad de alta velocidad.
Sistemas de acceso inteligente
Plataformas de reserva y gestión
Con respecto a los miembros, suscripciones, membresía, etc:
Planes de membresía flexibles
Gestión profesional del espacio
La operativa del espacio debería pensar en:
Sistemas de facturación automáticos
Atención al cliente profesional
Resumén: La transformación de una oficina tradicional en un espacio de coworking es un proceso complejo que va más allá de una simple remodelación física. Requiere una planificación, una inversión en remodelación y mobiliario y una visión clara del tipo de espacio y comunidad que se quiere crear.
9 Estrategias para Convertir tu Coworking en un Paraíso para Freelancers
Marc Navarro, experto en la industria del coworking y colaborador habitual de Nexudus, (y director de contenidos de la CWSC) comparte en su último artículo una serie de estrategias fundamentales para atraer y retener a profesionales independientes en espacios de trabajo compartido.
Este artículo complementa mucho la anterior noticia.
El Poder de la Primera Impresión. La transparencia en precios y servicios, son fundamentales para ganarse la confianza del freelancer desde el primer momento.
Creando el Ambiente Perfecto. Tres elementos clave:
Zonas diferenciadas para distintos tipos de trabajo
Espacios que fomenten tanto la concentración como la colaboración
Áreas de descanso que realmente inviten a desconectar
Más Allá del Escritorio. Los freelancers buscan:
Flexibilidad real en los horarios de acceso
Servicios que faciliten su día a día
Oportunidades de networking «de verdad»
Eventos relevantes para su desarrollo profesional
La Importancia de la Comunidad. La comunidad debe ser auténtica y no forzada.
El Factor Tecnológico.
WiFi del bueno
Espacios equipados para videollamadas
Herramientas de reserva intuitivas
Acceso simple
Servicios de Valor Añadido
Domiciliación fiscal y comercial
Salas de reuniones bien equipadas
La Flexibilidad como Clave
Planes adaptables a diferentes necesidades
Opciones de escalabilidad
Ausencia de permanencias obligatorias largas.
Marc Navarro concluye su artículo para Nexudus, crear un espacio atractivo para freelancers va más allá de ofrecer un buen escritorio y café gratis. Se trata de construir un ecosistema completo que apoye el crecimiento profesional y personal de los miembros, mientras se mantiene la autenticidad y la flexibilidad que caracterizan al verdadero coworking.