Quién es Yardi Systems, el nuevo dueño de WeWork que ha pagado su rescate

Nueva vida, nuevo dueño. La compañía estadounidense de espacios de coworking ha podido sacar adelante su plan de restructuración y abandonar el Chapter 11, el equivalente al concurso de acreedores en Estados Unidos, gracias al gigante tecnológico Yardi Systems, una empresa de software para compañías del real estate.

 

WeWork es uno de los clientes de Yardi Systems, que ofrece software a otras empresas de inversión en real estate y property management. Para encontrar su nuevo caballero blanco, WeWork sólo ha tenido que cruzar el país hasta Santa Bárbara (California), donde esta compañía tecnológica tiene la sede. La empresa se fundó hace treinta años como una start up y cuenta con 9.000 empleados en cuarenta oficinas en Norteamérica, Europa, Oriente Próximo, Asia y Australia.

 

Yardi era ya inversor WeWork antes de su bancarrota. Financial Times desveló que se trataba de los propietarios de Cupar Grimmond, una sociedad que controlaba 35 millones de acciones de WeWork antes de que entrara en los juzgados. La compañía está dirigida por su fundador Anant Yardi, actual consejero delegado.

 

El empresario contaba ya con 24 años de experiencia en programación y el cargo de director de desarrollo de negocio en Unisys, cuando decidió crear Basic Property Management, una aplicación para el ordenador Apple II que se posicionó como una de las primeras herramientas de contabilidad y gestión especializadas en el sector residencial.

 

La compañía se ha visto inmersa en una denuncia por manipulación de rentas junto a otro software, RealPage. La demanda, a la que tuvo acceso The Wall Street Journal, apunta que los instrumentos de fijación de precios de ambas compañías han facilitado medidas ilegales para subir los alquileres mensuales con el fin de obtener beneficios.

 

En su nueva apuesta por WeWork, Yardi aportará 337 millones de euros de los 450 millones de dólares de la línea de financiación que ha conseguido la empresa de coworking neoyorkina para salir del concurso.

 

Con esta financiación, la compañía ha dado carpetazo a la propuesta de su fundador y antiguo consejero delegado, Adam Neumann, que buscaba recuperar el control de la compañía con su propio plan de reestructuración.

 

WeWork, una vez valorada en 48.000 millones de dólares, se declaró en bancarrota el pasado noviembre por no poder hacer frente a una deuda de 18.600 millones de dólares. La compañía ya explicó entonces que la bancarrota facilitará el fin de determinados contratos de arrendamientos, mientras trata de mantener la continuidad de su negocio. WeWork aseguró en el comunicado que “se espera que las operaciones globales continúen como de costumbre”.

M. Tamayo