Dicen que el dinero no da la felicidad y justamente eso fue lo que experimentó Sam Dogen tras jubilarse joven y con 3 millones de dólares en la cuenta. Así que tuvo que buscarse algo más allá de sus ceros en la cuenta para encontrar la clave del bienestar.
Sam trabajó en banca durante 13 años, en el sector de inversión. En 2007, cuando tenía 30 años, alcanzó un patrimonio de 1 millón de dólares. Durante mucho tiempo había ahorrado el 50% de su sueldo de 150.000 dólares al año e invertía el 90% de cada bonificación anual, además de algunas inversiones inmobiliarias.
Pese a todo ello, no se sentía más feliz. Al contrario, se sentía miserable. «Trabajaba más de 60 horas a la semana en un trabajo que ya no me gustaba», explica en declaraciones a CNBC. Aun así, decidió seguir trabajando sin saber muy bien qué hacer y alcanzó la cifra de 3 millones de dólares. Ese dinero era suficiente para dejar el trabajo y jubilarse a los 34 años.
Desde entonces han pasado 10 años y ha tenido el tiempo suficiente para replantearse qué se necesita en la vida para alcanzar la plenitud. Al principio pensó que sería una cuestión de dinero. Pero aunque tener dinero evita muchas preocupaciones, no le llenó. Estas son las 3 cosas que trajeron la alegría a su vida:
1. Comprométete con lo que te gustaba y minimiza lo que no
Como cualquiera, Sam tenía miedo de dejar un trabajo fijo, pero se arriesgó. En un acto de fe apostó por lo que le gustaba, trabajar en su propio blog de finanzas: Financial Samurai.
Lo había empezado como hobby en 2009 y pronto se dio cuenta de cuánto le gustaba escribir y conectar con otras personas. Por eso, se comprometió a publicar 3 veces por semana. Eso fue mucho más fácil tras jubilarse y disponer de todo el tiempo para sí mismo.
Hace balance y cree que su blog es de las cosas que más felicidad le ha aportado, especialmente leer los comentarios de sus seguidores y ver cómo los inspiraba.
2. Ten siempre un propósito de vida (o varios)
Lo malo de la jubilación es que muchas personas pierden el interés y un propósito de vida al no marcarse objetivos vitales más allá del trabajo. Estás fuera del mercado laboral y puedes sentir que ya no vales.
Existe un término en japonés que se refiere a esto como la clave de la vida y la longevidad. Es el Ikigai, un término que se utiliza para hablar del sentido de la vida. Iki significa vivir y gai se traduce como razón.
Sam le dio una vuelta a esto para compartir sus conocimientos con otros y sentir que forma parte un proyecto. Durante 3 años entrenó a un equipo de tenis de una escuela secundaria que terminó ganando títulos regionales por primera vez. Ganaba 1.200 dólares al mes por temporada, pero la motivación era mucho mayor y entendió que dar tiempo es más gratificante que dar dinero.
3. Sal de tu zona de confort
Estancarse puede ser peligroso y más en la jubilación Al fin y al cabo, la mayoría de los trabajos te ponen retos diarios que te obligan a superarte. Por eso es muy importante atreverte y hacer cosas nuevas, salir de tu zona de confort aunque sea con miedo.
Cuando llegó la pandemia, Sam se armó de valor y decidió escribir un libro. No había hecho nada similar antes, pero entendió que sería un gran reto y una forma de asilarse de la problemática mundial.
Le llevó 2 años escribirlo y 6 meses editarlo. Durante el proceso investigó mucho sobre los principales temas de interés para los lectores y cómo atraparlos en el libro pese a tratarse de fianzas. Además, dio un paso más allá y también hizo entrevistas para la televisión estadounidense.
Finalmente este año publicó su libro, «Buy This, Not That: How To Spend Your Way To Wealth and Freedom«, que se traduciría como Compra esto, no eso: Cómo gastar para conseguir riqueza y libertad financiera. En pocos meses se ha convertido en un bestseller nacional. Pero lo mejor para Sam fue la satisfacción del trabajo realizado a lo largo de tantos años sin un rumbo fijo.