Adam Neumann, ex CEO de WeWork, no logró recomprar la empresa. ¿Ahora será su competencia?

El intento de Adam Neumann de recomprar WeWork terminó esta semana. Un tribunal de quiebras aprobó el lunes un acuerdo que saca a WeWork de la deuda. Podría concluir su reestructuración y salir de la bancarrota a finales de mayo tras la votación del acuerdo, gracias a un financiamiento de 450 millones de dólares, proporcionado en gran parte por el acreedor de WeWork y proveedor de tecnología inmobiliaria: Yardi Systems.

Ese acuerdo eliminaría 4,000 millones de dólares de deuda y también cerraría la puerta a Neumann. Neumann ha sido persistente en sus esfuerzos por comprar la empresa que cofundó pero de la que más tarde fue expulsado por los inversionistas, ofreciendo más de 500 millones de dólares y prometiendo superar cualquier otra oferta en un 10%.

Adam Neumann va con el flow

Un portavoz de Neumann no hizo comentarios sobre si seguirá intentando comprar WeWork o qué significa esto para el futuro de Flow, la nueva empresa de Neumann, que pretende transformar la experiencia del alquiler residencial.

«Después de engañar al tribunal durante semanas, WeWork finalmente admitió que está tratando de vender la empresa a un grupo liderado por Yardi por mucho menos de lo que seguimos proponiendo, por lo que anticipamos que habrá objeciones robustas para confirmar este plan», reiere Susheel Kirpalani, abogado de Flow.

WeWork está preparada para superar la oferta. «En los últimos seis meses, hemos trabajado muy duro para desarrollar un plan para una WeWork reorganizada que esté mejor capitalizada, sea más eficiente desde el punto de vista operativo y esté posicionada para seguir invirtiendo en nuestros productos y servicios y volver a crecer a largo plazo», declaró el actual CEO de WeWork, David Tolley, en un comunicado en el que anunciaba el plan.

En 2022, Neumann anunció que estaba trabajando en Flow, y consiguió 350 millones de dólares de respaldo de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz, conocida como a16z. En un principio no estaba claro qué haría exactamente la startup, pero Neumann aseguró que «elevaría» la experiencia de alquilar un apartamento.

¿Cómo se mejora la experiencia del alquiler?

Hasta ahora, se ha tratado de cambiar la imagen de los apartamentos, aumentar los servicios y añadir una nueva tecnología de gestión de edificios desarrollada por Flow. La empresa inauguró en abril edificios Flow en Fort Lauderdale y Miami, cambiando el nombre de los apartamentos que había comprado anteriormente por el de Flow. Los apartamentos de un dormitorio disponibles en Fort Lauderdale, Florida, cuestan a partir de 2,500 dólares al mes, y desde 2,900 dólares en Miami.

Flow posee seis edificios en total, incluidos algunos en Nashville y Atlanta que todavía no han sido rebautizados como Flow. Bloomberg informó en marzo de que Flow está planeando un proyecto de 300 millones de dólares en el centro de Miami que incluiría viviendas, locales comerciales y espacios de trabajo. Neumann ya había intentado aventurarse en el sector de la vivienda con WeLive, una idea de vida en común, vinculada a WeWork, que finalmente fracasó.

Neumann ha dicho que Flow «competiría o se asociaría» con WeWork a medida que más gente trabaje desde casa. Ahora que la asociación parece improbable, parece que ambos competirán.

«Adam puede decidir convertirse en un CEO en tiempos de guerra o en un CEO en tiempos de paz», afirma Eric Koester, profesor de innovación y emprendimiento en la Universidad de Georgetown. La vía de los tiempos de guerra incluiría hacerse con WeWork y construir rápidamente una especie de competidor. La ruta de los tiempos de paz, explica Koester, se basaría en la diferenciación de Flow.

Compara la situación de Neumann con la de Uber, que intentó adquirir Lyft hace una década y ésta rechazó la oferta: «Ser rechazado es algo que eliges hacer personal o ignorar», opina Koester, un emprendedor en serie. Neumann puede «tomar esto como una fuerza galvanizadora, para decir: ‘Voy a demostrárselo’, o: ‘No los necesitaba de todos modos, y voy a hacer algo diferente'». Lyft siguió creciendo y se convirtió en el principal rival de Uber, aunque más pequeño.

“Prioridad a la experiencia”

Neumann describió recientemente Flow a Business Insider como «una empresa residencial-inmobiliaria que da prioridad a la experiencia», que aprovecha la tecnología con una aplicación nativa y crea comunidad entre los residentes. Los edificios de Flow en Miami y Fort Lauderdale llegan en un momento en que la región del sur de Florida está a punto de acoger un exceso de apartamentos flexibles, con varios promotores construyendo rascacielos que permiten a la gente comprar condominios amueblados y vivir en ellos o alquilarlos a tiempo completo en Airbnb. La zona es un campo de pruebas para los edificios de marca, y el concepto de Neumann para Flow podría formar parte de esta tendencia.

Cuando Business Insider preguntó por qué Flow, que tiene un componente de coworking, necesita a WeWork, Neumann respondió: «El trabajo es parte de la vida, y no sé si necesitamos o no necesitamos algo, pero lo que sea que esté haciendo, lo haré a través de Flow, y haré lo que sea mejor para Flow».

Se prevé que el coworking siga creciendo, pero invertir en inmuebles de oficinas sigue teniendo sus riesgos. La pandemia de covid-19 dejó al descubierto esos retos del mercado: cuando las oficinas se vaciaron en 2020, WeWork se quedó con las manos vacías. Flow podría ser vulnerable a cambios macroeconómicos similares.

Un edificio de apartamentos…

Neumann ha promocionado los aspectos tecnológicos de Flow, pero algunos se muestran escépticos sobre si un edificio de apartamentos con servicios es una empresa tecnológica, comoocurrió con WeWork, cuyos problemas económicos dejaron claro que, en última instancia, era una empresa de alquiler de oficinas.

«Creo que la misma pregunta va con Flow: es un edificio de apartamentos. ¿Es más que eso? Eso es más difícil de vender», dice Mike Roberto, profesor de gestión en la Universidad de Bryant. La viabilidad de Flow y el crecimiento de una experiencia vital integrada verticalmente dependerán de si los inquilinos lo necesitan o no: «Está intentando vender una visión de cómo deberíamos trabajar y vivir. Al fin y al cabo, la cuestión no es cuál cree él que debe ser nuestro estilo de vida. Es: ¿Cuál quiere la gente que sea su estilo de vida?».

Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.