Algunos sectores empresariales esperaban que todo volviera a la normalidad una vez levantadas las restricciones sanitarias. Sin embargo, el teletrabajo era un camino de no retorno y la vuelta a las oficinas y no ha sido tan rápida como estos sectores esperaban. El modelo de trabajo híbrido, con jornadas de trabajo presencial y de teletrabajo ha acabado por imponerse.
Los fondos de inversión y constructoras han sido las más perjudicadas en esta reconversión del mercado, que no han sabido dar una rápida respuesta al cambio de necesidades de las empresas y se han encontrado con gran parte de sus caros edificios de oficinas vacíos. Las últimas propuestas para traer a los empleados de vuelta pasan por oficinas con cafetería, gimnasio y equipamientos para compartir tiempo con otros empleados.
Los inversores no se lo vieron venir. Datos del informe The Office Property Telescope 2023 elaborado por la consultora EY, revelan que Madrid y Barcelona tienen una tasa de desocupación de oficinas del 10% con tendencia a incrementarse en los próximos meses. Lo cual supone unos 2,5 millones de metros cuadrados de oficinas vacías solo en Madrid y Barcelona.
El volumen de oficinas vacías, que no tienen previsión de ser ocupadas dado el cambio de necesidades de unas empresas que ahora tienen plantillas ‘flotantes’ en sus oficinas, ha pillado desprevenidos a inversores y constructoras, y su lenta reacción ha provocado grandes pérdidas económicas en un sector acostumbrado a las rentabilidades a corto plazo.
Cambio de modelo para el centro de trabajo. Las empresas han intensificado sus políticas de vuelta a la oficina en los últimos dos años. Los intentos por traer a los empleados de nuevo a las oficinas han ido desde los más vehementes de Amazon a las empresas que, como Google, incluso han sacado beneficio de ello. Lo que está claro es que se impone un cambio en el paradigma de la oficina.
El teletrabajo ha hecho que la oficina pase de ser un lugar al que ir a trabajar, a un espacio de encuentro con otros compañeros en el que cohesionar equipos. Víctor Méndez, Vicepresidente de Ingeniería de BlaBlaCar, ya apuntaba a esta tendencia: “[…] el uso principal de la oficina ha cambiado. Ahora es un espacio de reunión, un espacio de creatividad. Es un espacio de conversación donde la gente debería interactuar. No debería a ir a su puesto de trabajo, ponerse los auriculares y aislarse del entorno”.
Un grupo de grandes inversores en el sector de inmobiliario comercial se han unido bajo el paraguas de NeXt Madrid, un proyecto común que busca revitalizar el barrio de Manoteras al norte de Madrid. Como destacan en El Periódico de España, la iniciativa cuenta con 600 millones de inversión privada crear un nuevo concepto de parque empresarial similar al existente en el 22@ de Barcelona, en el que se mezclan edificios de oficinas, residenciales y otros equipamientos para el ocio. Con esta ‘humanización’ de las oficinas, se busca atraer a los empleados hacia unas oficinas más accesibles y amigables.
Oficinas con vestuarios. Cushman & Wakefieldha sido la consultora elegida por los inversores para elaborar el estudio sobre las necesidades de las empresas en este nuevo escenario de trabajo híbrido. David Pérez, responsable de customer experience de la consultora, cuenta en Invertia que las empresas piden tener restaurantes y cafeterías cerca, así como instalaciones deportivas donde practicar deporte antes o después de trabajar, y vestuarios en las instalaciones para cambiarse.
“Cuando hablamos de hacer deporte no es sólo un gimnasio, hablamos de actividad deportiva en todas sus variantes, lugares donde poder desarrollar la práctica deportiva. Por supuesto, junto a todo esto, los vestuarios se han convertido en un espacio indispensable”, señala David Pérez.
Puede que sea demasiado tarde para muchas oficinas. El sector inmobiliario ha comenzado a reaccionar para adaptarse a las nuevas necesidades, pero esta falta de previsión puede que haga que muchos edificios de oficinas situados en grandes centros de negocios no tengan tiempo de reconvertirse y dar respuesta a las nuevas necesidades de las empresas.
Esto ya se observa en San Francisco, donde el 35% de sus oficinas vacías y se ha optado por convertirlas en viviendas para revitalizar una zona en declive que, hasta la fecha, tenía un uso 100% empresarial. Expertos inmobiliarios de la zona estiman la medida puede tardar hasta una década en mostrar un impacto significativo.