«¿Es que la gente no trabaja?, ¿por qué hay tanta gente hoy?», ironiza una tiktoker en un vídeo mientras explica en el texto que ella es empleada en una empresa y que se encuentra en ese momento en Sephora a medio día de un jueves con un café en la mano.
Pero esta tiktoker no es la única, como puede atestiguar cualquiera que conozca a alguien que teletrabaja. Cuando el trabajo puede limitarse a un móvil o a unos cuantos meneos de ratón para demostrar que se está activo, teóricamente puede hacerse en cualquier parte.
Esa flexibilidad ha provocado que muchos de los trabajadores que siguen desempeñando funciones remotas o híbridas sean la versión profesional de los estudiantes universitarios: dedican las mañanas y las tardes a lo que a ellos les apetezca y el trabajo se relega al momento inevitable, donde ya no se puede postergar.
«La historia es sencilla: el trabajo remoto es una gran oportunidad para hacer cosas como ir al dentista, jugar al golf o ir de compras cuando se tiene un día tranquilo«, explica a Business Insider Nick Bloom, economista de la Universidad de Stanford cuya investigación sobre el trabajo a distancia abarca casi 20 años.
Junto con Alex Finan, la investigación de Bloom, ha descubierto que trabajar desde casa ha creado lo que ellos han llamado «un enorme auge del golf». Usando datos de GPS de automóviles de Inrix y un mapa de 3.400 campos de golf en todo Estados Unidos, han podido rastrear cuándo y cuántas personas visitaron los campos desde abril de 2019 hasta noviembre de 2022.
Los resultados demuestran que más personas jugaban al golf en general, pero la actividad de los que lo hacían por la tarde y entre semana había aumentado un 83% entre agosto de 2019 a agosto de 2022.
Los miércoles a las 4 de la tarde, cuando se supera la mitad de la semana, es la hora que más actividad en los campos de golf se ha registrado. Aunque el estudio se ha centrado exclusivamente en este deporte, los investigadores creen que es probable que la gente utilice ese tiempo para otras «actividades de ocio», como ir al gimnasio, hacer recados o ir de compras.
Aunque algunas empresas han vuelto a imponer la presencialidad de la oficina a sus empleados y el porcentaje de teletrabajo haya caído desde el 60% en 2020 al 27% en la actualidad, según la investigación, Bloom no cree que el trabajo a distancia vaya a desaparecer, sino que se estabilice en torno al 25%.
El hecho de que todos estos puestos a distancia se mantengan no significa necesariamente que la gente trabaje menos. La economía del «adulto-estudiante» podría ser un revulsivo para el gasto en servicios y para la productividad.
«Si los empleados siguen siendo productivos, esto podría ser bueno», escriben Bloom y Finan en su investigación. «Los campos de golf están consiguiendo una mayor actividad a lo largo del día y de la semana, evitando la saturación de los fines de semana y los picos de trabajo».
Esto también hace aumentar la «productividad del golf», es decir, el número de personas que van a los campos y los beneficios recaudados.
Los trabajadores no son menos productivos que antes de la pandemia, según el indicador del Banco de la Reserva Federal de San Luis.
Si bien la productividad laboral se enfrió un poco en el primer trimestre de 2022, a medida que la economía se asentaba en su recuperación de la pandemia, volvió a crecer en los 2 últimos trimestres del año pasado. La gente está trabajando, pero quizá no en el horario habitual de 9 a 5.
Las tardes de ocio podrían acabar siendo buenas para las empresas y un arma de doble filo para los trabajadores
Aunque no todos los golfistas o compradores vespertinos trabajan horas extra para compensar su ocio y recuperar el tiempo de trabajo, la investigación de Bloom sugiere que muchas personas sí que lo hacen.
«Vemos cómo los empleados que trabajan desde casa desplazan las horas de la jornada laboral a las tardes y los fines de semana», afirma Bloom. «Al igual que los estudiantes se dedican por la noche o los fines de semana a las tareas que tienen pendientes, los empleados también lo hacen».
Unos investigadores de Microsoft han bautizado este fenómeno como el «día del triple pico» tras detectar un repunte en los chats de Microsoft Teams entre las 18:00 y las 20:00 horas, cuando comenzó la pandemia. Esto se suma a los dos «picos de productividad» tradicionales: antes y después de la hora de comer.
Sin embargo, este nuevo patrón de comportamiento entre los trabajadores a distancia puede perjudicar o romper los límites entre la vida laboral y la personal. Muchas de las personas que teletrabajan lo hacen durante mucho más tiempo que si estuviesen en la oficina.
Según un estudio del que Bloom es coautor, los empleados a distancia de EEUU ahorran una media de 55 minutos al evitar sus desplazamientos diarios, pero destinan parte de este ahorro a su trabajo.
Por lo que poder ir al campo de golf entre semana puede ser un arma de doble filo, como puede confirmar cualquier estudiante universitario que haya salido de fiesta una noche entre semana: un hoyo en uno puede significar otra hora de trabajo hasta tarde.
«Uno de mis compañeros atendió una llamada de Zoom desde el campo de golf», afirmó a los investigadores un ejecutivo tecnológico de Palo Alto (California). «Estaba en silencio y con el vídeo apagado, pero cuando conectó el micrófono para hablar, escuché a alguien decir algo sobre la calle y los golpes».