Tiene 30 años, es de Austria, y se ha convertido en el dueño de casi la mitad del imperio Red Bull tras la reciente muerte de su padre. Se llama Mark Mateschitz y es el millennial más rico de Europa.
Concretamente, ha heredado el 49% en Red Bull GmbH con un valor de más de 15.000 millones de euros, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
La herencia se convierte, sin duda, en una nueva era para Red Bull y parece que también una nueva forma de hacer las cosas.
Su padre, Dietrich Mateschitz construyó un imperio fuera del sector de las bebidas energéticas gracias al marketing deportivo, dominando una buena parte de este mundo. La empresa incluso posee un club de fútbol en Alemania, el RB Leipzig, que le dio al padre un dividendo récord de 866 millones de euros por los resultados del año pasado.
Había fundado la compañía en 1984 junto al empresario tailandés Chaleo Yoovidhya, cuya familia Yoovidhya controla el resto de la firma.
Dietrich Mateschitz se dedicó también a invertir en bienes inmuebles, como una isla en Fiyi, y villas y castillos en Austria. Solo hace un año compró una propiedad Londres, en Knightsbridge, por unos 36 millones de euros, donde ahora se encuentra la sede de la marca de moda de Red Bull, AlphaTauri.
El joven, único heredero, estudió empresariales en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Salzburgo y ha estado al tanto del negocio desde joven.
Actualmente, estaba a cargo de la parte de bebidas orgánicas de Red Bull. Según hizo saber a los empleados la semana pasada, ahora quiere centrarse en su papel como accionista en vez de dirigir las operaciones diarias de la empresa como hacía su padre.
Por el momento, esto ha provocado que 3 ejecutivos hayan dimitido en sus puestos actuales, aunque seguirán, eso sí, como asesores. Y 2 de ellos trabajarán directamente con Mark con el holding para Red Bull.
«Apoyarán no solo a la junta directiva, sino a todos nosotros, para continuar con éxito la obra de mi padre», aclaró Mateschitz. También afirmó que dimitir de su cargo anterior fue «una decisión que no fue fácil».
El joven millonario ya era accionista junto a su padre de un negocio con inversiones en propiedades austriacas, entre ellas una con helipuerto y viñedo propio. En 2018, además, lanzó un negocio de bebidas que fabrica cerveza y limonada.
No se sabe si Mateschitz heredará otros activos de su padre, que recibió más de 2.000 millones de euros en dividendos del fabricante de bebidas en la última década, según el índice de riqueza de Bloomberg.