Querían ser empresarios. Esto quedó claro desde el principio para Niklas Kuhn y Falk Erfkamp. Se conocieron durante sus estudios y comenzaron a trabajar juntos desde el principio. El dúo intentó hacer dropshipping, vendió piezas de coches y comenzó un negocio de comercio electrónico. Pero no consiguieron gran cosa hasta que descubrieron por casualidad el mundo de Airbnb.
Esta coincidencia fue hace ya seis años. Los jóvenes abandonaron sus estudios para centrarse plenamente en alquilar apartamentos vacacionales en la plataforma Airbnb. Niklas Kuhn (31) y Falk Erfkamp (32) tienen actualmente 59 propiedades en su cartera (Business Insider Alemania ha podido comprobarlo). Si bien inicialmente los dos trabajaban por un salario de unos 50 céntimos la hora, ahora ganan cada uno hasta 6.000 euros netos al mes.
Airbnb no solo los convirtió a ambos en emprendedores, sino que también los hizo financieramente independientes, todo ello mientras trabajaban solo unas pocas horas.
Por ejemplo, Niklas Kuhn apenas se dedica actualmente al alquiler de apartamentos vacacionales. Es responsable de la división de consultoría en una empresa. Falk Erfkamp se ocupa del negocio de Airbnb, pero dedica solo unas 20 horas semanales a ello.
«Es un negocio basado en proyectos. Cuando comenzamos con una nueva propiedad, hay más horas de trabajo», subraya Erfkamp. Sin embargo, dedica la mayor parte de su tiempo a la planificación, más que al trabajo real en cada alojamiento. Al fin y al cabo, una vez que el negocio está en marcha, la mayoría de los procesos pueden automatizarse.
En teoría, podrían ganar mucho más. «Pero todo lo que ganamos de más se reinvierte en la empresa. Algunos empleados ganan más que nosotros», comenta Niklas Kuhn. Ellos ya no necesitan más. «Lo que tenemos es más que suficiente para vivir. No necesitamos un gran deportivo ni el último Rolex». Asegura que lo que quiere es divertirse en el trabajo y tener la oportunidad de no depender de su ubicación, algo que puede hacer gracias a este negocio.
La idea de negocio surgió gracias al papel higiénico y un calendario
Al hablar con Business Insider Alemania, queda claro en varios puntos lo felices y satisfechos que están los jóvenes con su proyecto. Ambos trabajaron originalmente en jardinería y paisajismo , por lo que construyeron sus propias carreras profesionales a partir de la nada. ¿Cómo? Niklas Kuhn y Falk Erfkamp lo revelan.
En realidad, no estaba previsto que se dedicaran al alquiler de alojamiento vacacional. Pero pasar una noche en Berlín –sin papel higiénico, pero con dolor de espalda– cambió las cosas. «Estábamos en una feria de negocios y nos alojamos en un airbnb típico», cuenta Falk Erfkamp. Él durmió en una cama en un altillo abuhardillado, mientras que Niklas Kuhn se tumbó en un colchón en el suelo. La experiencia no fue nada agradable, sobre todo porque los jóvenes tuvieron que comprar su propio papel higiénico.
«Había un calendario de recogida de basuras en la cocina y justo al lado estaba el calendario de ocupación, donde se indicaban los días que había huéspedes en la casa», recuerda el joven de 32 años.
Los estudiantes sabían lo que habían pagado por pernoctar. «Luego calculamos lo que ganaban los propietarios por anunciar el lugar en el que solo había un simple colchón en el suelo», comenta Niklas Kuhn.
En el viaje de vuelta, solo pensaban en alquilar airbnbs, pero haciéndolo mejor.
Estaban entusiasmados con el nuevo proyecto
Kuhn y Erfkamp estaban entusiasmados con el proyecto, que en aquel momento no era tan especial. «Teníamos tantas ideas que era una locura. Éramos como un perro persiguiendo un coche. De alguna manera no podíamos decidir qué negocio queríamos probar», admite este hombre de 31 años. El negocio de alquiler en Airbnb tardó un poco en arrancar.
En 2018, sin embargo, Falk Erfkamp y Niklas Kuhn se lanzaron a la aventura online con su primer piso en Airbnb.
A la hora de buscar un inmueble adecuado, tuvieron suerte en Wuppertal, su ciudad durante la época universitaria. «El primer casero nos dio el visto bueno de inmediato», señalan.
El piso estaba cerca de la universidad, en la planta baja, tenía 26 metros cuadrados y costaba 383 euros al mes.
“No era nada especial», comenta el joven de 31 años. La cocina era de madera de haya y estaba muy destartalada, por lo que la cubrieron con pintura. «Intentamos sacarle el máximo partido», indican.
Por aquel entonces, los estudiantes seguían haciendo ellos mismos el trabajo manual.
«Afortunadamente, hoy se subcontrata», comenta riendo Niklas Kuhn. Como jardinero y paisajista, puede que se apañara con esa parte del trabajo, pero la parte del interior era un reto completamente nuevo.
Falk Erfkamp también trabajó como jardinero: «Hacer un agujero en la pared era algo complicado para mí».
El dúo aprendió todo por sí mismo, por ejemplo viendo tutoriales de YouTube para aprender a colocar un suelo. «A menudo las cosas salían mal, y entonces aprendíamos a hacerlo mejor en el siguiente piso. En realidad, siempre era el mismo proceso», señala Niklas Kuhn.
En el primer piso, incluso pintó las ventanas junto con Erfkamp: «Aquello tenía un aspecto terrible. Nos llevó tres días. Un pintor lo habría hecho en tres horas».
3.000 euros para amueblar el primer Airbnb
Los jóvenes gastaron un total de 3.000 euros en el mobiliario. «En aquel momento éramos estudiantes y teníamos poco dinero. Compramos los muebles a través de anuncios de segunda mano», cuenta Falk Erfkamp. Sin embargo, los precios y el valor de los muebles ya no son comparables. «Hoy gastaríamos entre 7.000 y 10.000 euros por lo mismo», asegura.
Es un dinero que Niklas Kuhn y Falk Erfkamp recuperan fácilmente mediante el alquiler.
Se basan en precios flexibles. Esto significa que no hay un precio fijo y que los costes por noche fluctúan mucho. «Es un poco como las compañías aéreas. Si quieres reservar un vuelo a España a veces cuesta 600 euros, pero a veces solo 200 euros. Eso depende de la demanda», explica Niklas Kuhn. Lo mismo ocurre con sus precios.
La tarifa media diaria del piso es de 65,64 euros. «También hay una tasa de limpieza de 40 euros, que se reparte a lo largo de la estancia. Es más barato que alojarse en un hotel, pero ofrece el mismo nivel«, explica Niklas Kuhn. La tasa de ocupación del alojamiento es del 81%. Esto significa que pagan 383 euros por alquilar la propiedad, pero aun así obtienen bastante más de 1.000 euros al mes de beneficio con el alquiler en Airbnb.
La situación es similar en los demás inmuebles. El segundo piso estaba en el mismo complejo; los jóvenes han alquilado ahora un total de cuatro propiedades en el edificio.
El casero simplemente quedó impresionado con este «proyecto estudiantil». En total, pagan un alquiler mensual de 2.360 euros por los cuatro pisos –incluidos todos los gastos de electricidad, internet y calefacción–. La renta ha ido aumentando constantemente durante los últimos años. «En 2022, aún obteníamos un beneficio medio de 5.500 euros, pero en 2023 ganamos 10.116 euros», cuenta Kuhn.
Es un avance que demuestra «cuánto potencial hay en este negocio». Un piso en Wuppertal ya nos ha reportado 114.000 euros en ingresos desde que comenzamos, y eso que es de los más antiguos y menos elegantes”.
Con el tiempo, el negocio de Airbnb de los jóvenes ha ido creciendo paso a paso. «Pero rápidamente nos dimos cuenta de que necesitábamos más dinero«, admite Falk Erfkamp. Los estudiantes pidieron dinero para amueblar su segundo piso. «Creo que pedimos un préstamo a mis padres de 3.000 euros», revela Kuhn.
La abuela de Erfkamp prestó a los jóvenes empresarios otros 4.000 euros. «Luego lo devolvimos relativamente rápido, pero estaba claro que necesitábamos más capital del que pensábamos».
Entre el préstamo personal y el préstamo inicial del banco
La pareja recibió otros 35.000 euros a través del préstamo inicial del banco. «Así fue como empezamos a montar el siguiente piso poco a poco hasta que se acabó el dinero».
Mientras tanto, Niklas Kuhn trabajaba como becario para empresas de alquiler de coches y también ganaba algún dinero extra como fotógrafo.
«Reinvertíamos todos los ingresos de los primeros pisos en la empresa, hasta el sexto piso«, explica Falk Erfkamp. «Luego, en algún momento de 2019, nos ingresamos la enorme cantidad de 500 euros al mes. Fue un paso muy grande».
Niklas Kuhn: «En retrospectiva, es fácil contar la historia de nuestro proyecto, pero suena mucho menos complicado de lo que fue».
Al principio era divertido, pero no tenían ni idea de lo que hacían. «No teníamos un plan maestro», aseguran.
Emprendedores de Airbnb con el instinto adecuado
Llegó un momento en que decidieron dejar sus estudios y apostar por su carrera como emprendedores. «Todo el mundo habría pensado que estábamos locos si les hubiéramos dicho que estábamos construyendo algo, trabajando muchas horas y no ganando ni un euro porque lo reinvertíamos todo«, cuenta Niklas Kuhn.
Sin embargo, él y Falk Erfkamp tuvieron «la intuición o la sensación de que era justo lo que se adaptaba a nuestra situación vital. Era exactamente lo correcto, y por eso simplemente continuamos porque creíamos en ello».
Así es como la carrera de los jóvenes se acabó desarrollando cada vez más.