Es cómodo trabajar por cuenta ajena porque las tareas vienen de un tercero. Tienes que preocuparte menos por todo lo que hay que hacer. Productividad no es tanto un problema.
Si no dependes de nadie es más complicado ser productivo. No tienes a nadie que te diga lo que tienes que hacer. Esto hace que en ocasiones no tengamos la presión para empujar con suficiente fuerza y avanzar con toda la velocidad necesaria.
Productividad hoy empieza ayer
Productividad y espontaneidad no van de la mano. Tienes que tener claro las prioridades y empujar a partir de ahí. Lo que suelo hacer es repasar tareas del próximo día antes de acabar la jornada. Eso me ayuda tener claro las prioridades.
Organizar el día en función del tipo de tarea
No cada tarea requiere el mismo nivel de concentración. Hay tareas que se me dan mejor por la mañana que por la tarde. Con el paso del tiempo lo vas averiguando.
Hacer uso de herramientas para organizar tareas
Nosotros utilizamos Slack y Asana. En breve quiero remplazar Asana por Jira y Confluence. Esto todavía lo tengo que organizar. Además vamos a tener o bien Google o Microsoft para empresas. Esto todavía lo tengo que decidir. No basta con crear tareas también tienes que darle seguimiento diario y poner al día las herramientas.
Poner fin a tareas y tomar decisiones
Hay tareas que con el paso del tiempo son obsoletas, alomejor lo son o tienen un nivel alto de inseguridad si vas a poder completarlas o no. Hay que tomar decisiones al respecto para no convertir ciertas tareas en un infierno. Te roban ancho de banda y no te permiten estar 100% con el resto de tareas.
Habrás visto que son cosas fáciles. Como siempre productividad es sentido común, organización y hacer. Como tip extra te puedo decir que deporte y levantarme temprano me ayudan poner en un estado óptimo de concentración y motivación para atacar el día. Pero esto ya será cuestión de cómo cada uno y posiblemente demasiado individual para que le funcione a todo el mundo igual que a mi…